EN RECONSTRUCCIÓN

sábado, 18 de octubre de 2014

EL COLEGIO DE ABOGADOS DE HONDURAS INSTRUMENTO, MUERTES DE AGREMIADOS E IMPUNIDAD (PEQUEÑA REFLEXIÓN)


El Colegio de Abogados de Honduras, según su ley es una institución de naturaleza gremial, que nace al amparo de la Constitución de la Republica y de la Ley de Colegiación Obligatoria.

Tiene como fines esenciales regular el ejercicio de la profesión del derecho en toda la republica, y proteger la libertad del ejercicio profesional de los colegiados.

En suma estos dos aspectos son el nervio motor o la concepción real de la creación del Colegio de Abogados, sus Juntas Directivas deberían accionar frente a la sociedad y el estado, para garantizar el engrandecimiento de quienes lo conforman, en especial por estar implícito que los abogados somos personas humanas, fin supremo de todos y del estado.

Frente a este planteamiento ideal, me nace una interrogante:

¿Qué tan enaltecida o protegida se encuentra la profesión del derecho en Honduras?

En los últimos 5 años más de ochenta abogados asesinados, donde el 98% de estos casos se encuentra en completa impunidad.-

Más de 10,000 colegas ejercen informalmente su profesión, no existe un estatuto profesional, sin cobertura médica, acceso a la vivienda o al crédito adecuado y la falta de un proyecto de formación continua, reflejan un panorama triste de la abogacía hondureña.

Si hablo de un sistema digno de jubilación, se necesitan 30 años de ejercicio profesional, 65 años de edad para obtener una miserable suma mensual del Fondo de Pensiones, totalmente esquilmado y derrochado, impunemente sin castigo para nadie.

En este hilo de cosas, es necesario seguirnos preguntando:

¿Por qué existe tanta muerte de profesionales del derecho? ¿Qué está haciendo el Colegio de Abogados de Honduras?

Nadie duda que Honduras es una sociedad potencialmente delincuencial con instituciones democráticas destruidas  y con poca credibilidad.

Sociedad delincuencial que en todas sus formas está organizada, así como la restante población que admite y esta propensa al delito o ilegalidades como forma de convivencia porque se ha perdido todo sinónimo de autoridad idónea y correcta que nos da como resultado una etapa de salvajismo y de barbarie en nuestra convivencia social donde todos se toman justicia por su propia mano.

Esta actividad delincuencial se ha entronizado en el débil “Estado de Derecho Hondureño”, deteriorado a ultranza, en el proceso democrático ya que no satisface el bien público temporal de sus ciudadanos por la galopante corrupción y con un rompimiento democrático que sostiene al Estado bajo una “FACHADA DE PODERES”, controlados por las elites políticas y económicas del país y por un sector de la delincuencia organizada.

A esto hay que sumarle; la desigualdad económica con profundos problemas sociales, conceptos culturales desarraigados de la identidad nacional, que son caldo de cultivo para la potenciación de la delincuencia que hoy vivimos para y con  el Estado.

Llegando en la actualidad a su máximo nivel de encontrarse dos fuerzas encontradas, como ser: La sociedad delincuencial y el débil Estado de Derecho, sustituido por el Estado de Policía en que vivimos, que no provee ninguna garantía a los ciudadanos de la Republica en ni siquiera los derechos constitucionales mínimos.

Ante esta confrontación, el gremio de profesionales del derecho, se encuentra atrapado entre dos paredes como si de un sándwich se tratara. – El delincuente, la víctima, el acusador, el defensor, el investigador, y el juzgador son abogados, en un sistema aprisionado por esa sociedad delincuencial en un Estado de Derecho sin garantías, recurriendo a la etapa de salvajismo de remediar los conflictos con violencia frente al grupo más vulnerable que son “Los profesionales del derecho”.

El Colegio de Abogados de Honduras, entre el derroche y la apatía, secuestrado por camarias que obedecen a la oligarquía política, económica nacional corrupta, no da respuesta a sus agremiados o se muestra incapaz de articular o exigir la violencia contra los suyos porque tiene obligaciones partidarias.

Vale la pena preguntarnos:

¿Qué hace un gremio en particular formando parte para la elección de los Poderes del Estado, en este caso para elegir al Fiscal y a su Adjunto, así como a los miembros del Poder Judicial Hondureño o Consejo de la Judicatura?

¿Por qué se da este fenómeno en particular?

 La Abogacía, perdió beligerancia, se le desactivó y neutralizó, bajo un proceso de acallamiento para ser instrumento de la Oligarquía Nacional, porque el Colegio de Abogados de Honduras ya no es en si mismo una institución que interesa para proteger a sus agremiados, sino que juega el interés político porque se juegan elementos de interés para la elección de estructuras de poder en el estado.

Ya que el Colegio de Abogados integra la Junta Nominadora de proposición y elección de los magistrados a la Corte Suprema de Justicia, elección del nuevo Fiscal y su Adjunto, así como un miembro integrante del Consejo de la Judicatura.

Pobre Colegio de Abogados de Honduras; que abandonado y un silencio olvida el engrandecimiento de la persona humana de sus agremiados y se pone a servicio y merced, como una especie de MERCANCIA a favor de la corrupción nacional, fomentando impunidad y callando frente a la muerte de todos los colegas caídos por la violencia nacional.-

Carlos Augusto Hernández Alvarado
Abogado y Notario
carlosaugusto69@yahoo.com

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