EN RECONSTRUCCIÓN

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La IV Flota contra Latinoamérica

por Manuel Moncada Fonseca

publicado el 5 de Septiembre de 2008 en Aporrea.org

Titulo Original: "Justificación de lo injustificable: la reapertura de la IV Flota"



Los medios de comunicación masiva en manos de la derecha global, como portavoces de la ideología imperial, deliberadamente mienten en torno a lo que pasa en el mundo y a las causas reales de la situación prevaleciente local e internacionalmente. Informan lo que quieren, como quieren, en las dosis que conviene a sus intereses; invisibilizan, minimizan o abultan los hechos según sus conveniencias del momento; justifican, condenan, adornan o deforman los acontecimientos en dependencia de su procedencia y, sobre todo, de lo que representan o no para las grandes transnacionales y los intereses locales. A partir de ello mismo, establecen lo bueno y lo malo, lo moral y lo inmoral, lo correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto, lo democrático y lo antidemocrático.

La reapertura de la Cuarta Flota estadounidense es uno de los temas que ahora aparecen en las páginas de esos medios que pretenden mostrarla, por un lado, como necesidad continental y, por el otro, como dictado imperial; ello porque amén de adornar las cosas, con este tema se quiere sobre todo intimidar a los pueblos. Este tipo de contradicción en el mensaje que a éstos se transmite tiene como antecedente más remoto el requerimiento, instrumento jurídico del colonialismo español que rezaba al final lo siguiente: “…para les hacer saber estas cosas enviaba a los cristianos, para que entendiesen que todos los que quisiesen obedecer serían amparados en sus personas y bienes, sin hacer agravios, y que los que no quisiesen obedecer y dejar sus ritos serían castigados como gentes que no querían el conocimiento de Dios y eran rebeldes a su Rey natural y como tales se les haría la guerra”.

Origen histórico de los sueños hegemonistas de EEUU

Las políticas hegemonistas de Estados Unidos sobre el continente americano se fijaron en dos doctrinas del siglo XIX: la Monroe proclamada oficialmente en 1823, que consistió básicamente en rechazar la presencia europea en el hemisferio occidental porque la potencia americana se reservaba el derecho de sujetarlo a su dominio, y la doctrina del Destino Manifiesto que definía ese dominio pretendido como algo destinado por la divina providencia. Pero mientras la primera encubría los propósitos de dominio con el lema de “América para los americanos”, la segunda lo declaraba abiertamente:

“Los anglosajones se convertirán en la raza que engendrará rasgos particularmente agresivos con el propósito de imponer sus instituciones a toda la humanidad, de extender su dominio a todo el globo terrestre. Si predico con acierto, esta poderosa raza se extenderá a México, a Centroamérica y Suramérica, a las islas de Océano, a África y a otros lugares... El destino de dicha raza es expulsar a las razas débiles, asimilar a otras y transformar el resto hasta que toda la humanidad sea anglosajonizada”.

No hay, así, novedad alguna en los planes de hegemonía que Estados Unidos tiene sobre nuestro continente, como tampoco la hay en la idea de una flota naval para alcanzar semejante objetivo.

¿Qué representa la Cuarta flota y qué se persigue con ella?

La Cuarta Flota fue creada en 1943 para enfrentar a los submarinos alemanes que atacaban los convoyes en América del Sur, pero fue disuelta en 1950 tras haber concluido la Segunda Guerra Mundial que había legitimado su aparición.

Lo que se persigue con su reaparición no llama a dudas de ningún tipo, salvo por la manera de entender los conceptos: “combatir el terrorismo” (¿?) y “las actividades ilícitas como el narcotráfico” (¿?); enviar un “mensaje” a Venezuela y a toda la región; “demostrar el compromiso de Estados Unidos con sus socios regionales, sobre todo con Colombia”, país cuyo gobierno combate al narcotráfico (¿?) y las FARC; interactuar con las armadas de naciones aliadas en entrenamiento bilateral y multilateral y ejecución de operaciones contra el tráfico ilícito de armas o drogas en la región; supervisar las tareas de sus unidades militares en América Latina y, no faltaba más, velar por la seguridad de los intereses yanquis, como declara entre otros el Comandante de las fuerzas navales del Comando Sur, James Stevenson.

Para justificar la reapertura de la flota se dice que es una medida con “un significado simbólico”; que responde a la aparición de regímenes antiestadounidenses en la región; que se trata de “una decisión política, más que militar” y de “una medida de corte más administrativo”. Con ella, se afirma, se dará continuidad a operaciones realizadas en los dos últimos años… En esta dirección, se busca “ajustar el nombre a la realidad”, para tener “una sede trabajando en conjunto con otros componentes del Comando Sur”, sin que implique el aumento de presencia militar estadounidense en la región. Se pinta, pues, no como “una amenaza militar”, sino como “un esquema disuasivo"; por lo demás, se reconoce que aunque el sistema de relaciones interamericanas hace difícil el estallido de aventuras militares unilaterales como las que ha realizado EEUU en otras partes del mundo; "hay un mensaje de contenido geopolítico en el marco de un reordenamiento en el hemisferio americano"; reordenamiento que, desde luego, no le es favorable a los intereses yanquis.

Cuando se anota que la apertura de la flota es más una decisión política que militar no se está con ello descubriendo el agua helada. ¿Acaso no siempre ocurre así, esto es que previo a una guerra hay antes una decisión política? Justamente de allí deriva la posibilidad o la inminencia de una guerra en cualquier rincón del mundo.

Los pretextos para intimidar a la región

El restablecimiento de la flota señala la enorme “importancia” que para Estados Unidos tiene América Latina y el Caribe, así como la “seguridad marítima en el Sur”, expresa el almirante Roughead. Y como si se dijera cualquier otra cosa, algo sin importancia alguna, se anota que EEUU, después de estar en Iraq -en el que han muerto ya más de un millón de personas- y Afganistán, ahora regresa a América Latina. Mas queda claro que no es del todo así cuando se señala que entre los retos operativos que enfrentan las fuerzas militares estadounidenses en la región se encuentra la dificultad para adquirir autorización para operar bases en la región, bases que, claro está, no tienen como propósito ninguna asistencia humanitaria, ni atender desastres … a menos que sea para aprovecharse de éstos en función de controlar más territorios como ocurrió con el desastre de diciembre de 2004, provocado en el sudeste asiático por un maremoto de grandes dimensiones.

Pero ¿cuáles son los pretextos para intimidar a la región? Conozcamos lo que al respecto se esgrime como argumentos:

Se sabe que el mensaje “disuasivo” a la región comenzó a difundirse después que Venezuela, Ecuador y Colombia protagonizaron un incidente diplomático que tensionó a toda la región, tras el bombardeo contra un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en territorio ecuatoriano; se da asimismo, afirman los medios de derecha, en momentos en que varios países de la región (entre otros, Brasil, Venezuela, Colombia y Ecuador) se embarcaron en una incipiente carrera armamentista. Todo porque Chávez expresara, respondiendo a la reapertura de la Cuarta Flota , que ello no asusta a su país en lo más mínimo, añadiendo, sin embargo, que junto con Brasil se está “estudiando la creación de un Mecanismo de Defensa Sudamericano”.

A pesar de lo que pueda parecer a primera vista, la referencia al grave incidente diplomático referido arriba no está dirigida contra la Colombia que invade un territorio (dada su condición de principal aliado de EEUU en el continente), sino contra las FARC a la que se acusa de narcoterroristas (a la altura de Al-Qaeda, Hezbollah o Hamas) y contra Ecuador por darles cabida en su territorio; por algo, el segundo asunto relativo al momento escogido para difundir el mensaje a la región tiene que ver directamente con el intento de constituir un Consejo de Defensa del Sur. En este sentido, no sorprende la afirmación de que la reactivación de Cuarta Flota servirá para demostrar que el Imperio sigue incólume, así como para proteger a sus aliados, entre los que, indiscutiblemente, se destaca Colombia.

Ahora bien, que la crisis desatada entre Colombia, Venezuela y Ecuador se estime aún no resuelta, sólo significa que no lo está para Colombia (urgida de perseguir a las FARC dentro y fuera de su territorio hasta darles “cristiana sepultura”) ni mucho menos para el Imperio...

Tras acusarse a los carteles colombianos de la droga de haberse valido hasta de submarinos de fabricación clandestina para hacer lo suyo, inmediatamente viene esto otro; a saber, que dichos carteles “no son los únicos que utilizan submarinos”. Y como es de suponerse, la teja le cae de inmediato a Chávez, al que se le señala el haber buscado un acuerdo con Moscú en junio de 2007 para adquirir un total de nueve submarinos rusos valorados entre 1000 y 2000 millones de dólares. “Eso alteraría el equilibrio de fuerzas en el Caribe, se apresuran a concluir los analistas del imperio, con el amarillismo perverso que los caracteriza. Pero James Stevenson, jefe del Comando Sur mismo, reconoce que, de antemano, la armada yanqui evaluaba aumentar su presencia en la región. ¿Esperan con todo que Venezuela se cruce de brazos?

Otra dimensión de las cosas relativas a los pretextos para intimidar a la región, la representan los cipayos del imperio en el continente. Para muestra obsérvese: "El que no la debe no la teme", declara a BBC Mundo el Vicealmirante Rafael Huizi Clavier, presidente del Frente Institucional Militar, organización integrada por oficiales retirados opuestos a la Revolución Bolivariana. Hace referencia igualmente al tema de la guerrilla, al de los vínculos (siempre presentados por la derecha perversamente) del gobierno venezolano y de otros gobiernos con las FARC y al de las relaciones con Irán. Con todo, Huizi admite que la urgencia de la Cuarta Flota se ve determinada por una razón operativa fundamental: la pérdida de presencia militar estadounidense en el sur del continente, dado que, en los últimos años, cada vez menos países acceden a participar en maniobras militares conjuntas con EEUU o enviar oficiales a capacitarse en academias del norte, lo que, para Huizi, resta capacidad operativa e influencia a los militares estadounidenses en la región. ¿No empuja ello a que Venezuela y otros países con gobiernos progresistas en la región busquen defender sus territorios de forma conjunta?

Contradicciones en los argumentos aducidos

Es bueno al menos que, a la par de los “argumentos” que se aducen para justificar la intimidación imperial contra la región y particularmente contra Venezuela, se detecten contradicciones insalvables en los mismos:

Aunque Huizi –por ejemplo- señala que él no tendría por qué preocuparse, salvo que atacara a Estados Unidos, lo confrontara y lo declarara enemigo; reconoce que “en el fondo hay un mensaje a Chávez”; lo que, de una u otra forma, acusa que el origen del problema no es Venezuela ni su presidente.

Sostener que la capacidad “de intervención estadounidense no requiere de la presencia de la IV Flota para materializarse en una hipótesis de conflicto”, aunque suene y sea en verdad expresión de prepotencia, equivale a reconocer que las acusaciones contra Venezuela son meras patrañas sobre todo porque se acepta que ello tiene todo un sustento histórico: “No hizo falta para las intervenciones producidas antes de la Segunda Guerra Mundial, y no hizo falta después: en 1968, con la invasión de República Dominicana; en 1983, para la invasión de Granada; o en 1989 cuando fue invadido Panamá”.

Pero el peso aplastante de todo este engorroso y peligroso asunto de la Cuarta Flota tiene que ver con temas como el de la seguridad del Canal de Panamá –lo que se considera vital para el tráfico comercial de EEUU- y el de dar seguridad al abastecimiento petrolífero de esta nación; ello dado que aproximadamente un tercio del petróleo que la economía estadounidense importa proviene de América Latina (México, Venezuela y Ecuador) y una cuarta parte del África (Nigeria, Angola y Guinea Ecuatorial). Así lo corrobora inequívocamente el documento de Santa Fe IV, al señalar lo que llama los principales elementos geoestratégicos que siguen siendo importantes para la seguridad nacional de Estados Unidos:

“1. Control de los estrechos Atlánticos.

“2. Uso del Canal de Panamá.

“3. Una ruta sureña segura alrededor del Cabo de Hornos. Todos estos están dentro del escenario estratégico naval.

“4. Seguridad de que los países del hemisferio no son hostiles a nuestras preocupaciones de seguridad nacional. Además, que los recursos naturales del hemisferio estén disponibles para responder a nuestras prioridades nacionales. Una «doctrina Monroe», si quieren”.

Como dice el dicho, más claro no canta un gallo.

A manera de epílogo:

Hablando de la visión mediática de la derecha en torno al tema que nos ha ocupado en este escrito, referiremos brevemente lo que expresa al respecto un reportaje publicado en un periódico local bajo el título “Surcando el caribe en el USS Kearsarge”. Cualquiera que lo lea quedará, seguramente, con la impresión de que se hace referencia a un simple buque ligero de la Cuarta Flota , como si se tratara de algo por completo inofensivo, al grado que, según refiere el periodista que lo escribe, “sería nuestra vehículo y hogar por cuatro días en la misión humanitaria (¿?) en cuatro países de América Latina”.

No por casualidad, refiere el ambiente humano del buque:

“Hay muchos militares en variados trajes de gala de distintos colores: blancos, azules, kakis y un azul claro con negro y kepis. Todos muy formales, muy corteses y algunos, pasados algunos minutos de timidez, ya más en confianza, se muestran más amenos y comunicativos”.

“¿De dónde son ustedes. ¿Ah, de Nicaragua? Vamos para allá, a ayudar, señor; ¿y cómo es Colombia, señor periodista?, ¿y qué tal las cosas?, ¿qué les parece el barco?, y por favor pregunten lo que quieran, que les va gustar la estadía y pronto vamos a hacer un recorrido por el buque”.

En la misma tónica, habla igualmente de un breve encuentro que tuvo a bordo del buque con Don Francisco, el de “Sábado Gigante”, quien le preguntó cómo estaba la situación de Nicaragua y si en ella aún se miraba su programa; anota haber tenido la suerte de sentarse “a la par de una profesora universitaria de San Diego que hablaba español, que conocía la historia de Nicaragua y ese mismo día había impartido una charla a los oficiales sobre la situación de Colombia con la presencia de las FARC”. Obsérvese el detalle, nada inocente, de mentar la situación de Colombia no con la presencia de Uribe y su narco estado sino con la de las FARC. Estamos, pues, ante una apología soterrada de la prepotencia imperial ante los pueblos de Nuestra América, expresada en este caso a través de la nada inofensiva Cuarta Flota.

En contraposición a toda idea apologista en torno a La Cuarta Flota , Fidel declara:

“Los portaaviones y las bombas nucleares con que se amenaza a nuestros países sirven para sembrar el terror y la muerte, pero no para combatir el terrorismo y las actividades ilícitas.

“Debieran servir también para avergonzar a los cómplices del imperio y multiplicar la solidaridad entre los pueblos”.

Bibliografía:

- Alconada Mon, Hugo. La Nación. EEUU con más presencia en la región”. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1008059

- Cita de Historia General de los Hechos Castellanos. En: Ayón, Tomás. Historia de Nicaragua, Tomo I. Obra en tres tomos. Tomo I. Madrid. 1956. pp. 205-206.

- Castro, Fidel. “Respuesta hemisférica yanqui: la IV flota de intervención”. http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/ref-fidel/art17.html

C astro. Fidel.

- Chirinos, Carlos. “El fantasma de la Cuarta Flota ”. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7483000/7483701.stm

Informe Gesson. La Cuarta Flota. http://gessen.wordpress.com/2008/05/22/la-cuarta-flota/

-Fraga, Rosendo. “La Cuarta Flota y los submarinos de Chávez”. http://www.nuevamayoria.com/index.php?option=com_content&task=view&id=507&Itemid=38

- La Cuarta Flota se promueve con ejercicios militares entre Argentina y EEUU. http://www.agenciapulsar.org/nota.php?id=12639

- Lucier, James P. Director de Staff del Comité de Relaciones Extranjeras del Senado de los Estados Unidos. SANTA FE IV: “LATINOAMÉRICA HOY”. http://www.senzacensura.org/public/wp/doc000002406112007.pdf

- Nery Barrios, Jesús. “El último recurso: una flota nuclear contra Hugo Chávez”. http://www.aporrea.org/tiburon/n107879.html

- Selivánov, Valentín. “ La Expansión de EEUU en América Latina”. En: Historia de las Intervenciones Norteamerica­nas. Obra en dos tomos, tomo II. Redacción de "Ciencias Sociales Contemporáneas", Academia de Ciencias de la URSS , Moscú, 1982. p. 15.

- Silva, José adán. “Surcando el Caribe en el USS Kearsarge “. El Nuevo Diario. http://www.elnuevodiario.com.ni/especiales/24296

- Rausseo, Orlando. La Cuarta Flota, una intimidación imperial contra Latinoamérica”. http://molierico.blogspot.com/2008/04/la-cuarta-flota-una-intimidacin.html

-Redacción BBC Mundo. “El regreso de la Cuarta Flota ”. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7389000/7389057.stm

No hay comentarios:

Publicar un comentario