EN RECONSTRUCCIÓN

domingo, 21 de diciembre de 2008

La Navidad Venezolana

por Hugo Álvarez Pifano

Sus símbolos: los aguinaldos que cantan al Niño Jesús en el pesebre y las hallacas.

La Navidad es para todos los cristianos la fiesta del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Para la religión hebraica, de donde trae sus orígenes, es la referencia al nacimiento de un “messiah”, que según la Biblia sería el rey de Israel. Pero los judíos nunca aceptaron a Jesús como el Mesías. De aquí nació la escisión entre la religión hebrea y la naciente religión cristiana que hizo del Mesías y de su mensaje de paz para todos los hombres de buena voluntad, el centro de sus creencias. Así mismo, el 25 de diciembre los antiguos romanos celebraban una fiesta pagana dedicada al sol. En ese día precisamente, el sol parece detenerse en el centro del universo. Es este el llamado solsticio, palabra latina- Solstitium -que significa sol detenido. Con estas fiestas se incitaba al astro a continuar su camino sobre el horizonte y abrir paso a la primavera, la estación más bella. Siguiendo esta costumbre, los cristianos comenzaron a celebrar también en ese mismo día el nacimiento del niño Dios, a quien llamaron “la luz del mundo” y como al sol le dieron los atributos del amanecer: iniciar el comienzo de una nueva vida llena de esperanzas para toda la humanidad
A través de los siglos la navidad ha formado sus símbolos, costumbres y usos a escala universal, pero estos han mantenido siempre el carácter propio de cada país o región del planeta. Ahora bien, en la era de la globalización las grandes corporaciones transnacionales tratan de introducir el concepto de una navidad global, destinada esencialmente a promover el consumo masivo de productos importados cuyo origen como motivos de navidad nadie conoce. Igualmente, la navidad globalizada es una fiesta que como las dos caras de una misma moneda, ofrece un anverso y un reverso: un momento de exacerbado consumismo, derroche de riqueza y ostentación, y otro momento de profunda depresión para los menos habientes, que se siente excluidos de ese tipo de navidades. Los grandes símbolos de la navidad venezolana son los aguinaldos, que cantan con una melodía y un ritmo que nos es familiar, al Niño Jesús en el pesebre, y a las hallacas. Con ellos nadie se sentirá excluido de las navidades venezolanas.


EL NIÑO JESÚS

La tradición universal de llevar regalos a los niños, que encarna en ellos un símbolo de dulzura y generosidad en ocasión de la navidad, se realiza en Venezuela a través del Niño Jesús y los venezolanos más pequeñitos escriben sus cartas al Niño Dios, como también se le llama. La figura de San Nicolás, Santa Klaus, Papá Noel, Babbo Natale, Father Chrismas etc. con su trineo tirado por renos que surcan el cielo dicembrino, no corresponde a nuestras tradiciones. Es una creación del norteamericano Thomas Nast, diseñador de dibujos animados, quien en el año de 1860 realizó una ilustración presentando al personaje como un hombre gordo, con una larga barba blanca y vestido de rojo. Con pantalones del mismo color sujetados por una ancha correa de piel negra. Esta imagen gustó tanto a la Coca Cola Company que decidió utilizarla para sus campañas publicitarias en todo el mundo, contribuyendo de ese modo a la difusión y venta del producto junto a la imagen del simpático viejecito.


EL PESEBRE

Un uso típico de la navidad es el de representar mediante pequeñas figuras, las escenas y los momentos más importantes que acompañaron el nacimiento del Niño Jesús. A esto se le llama un pesebre y conforme a la tradición cristiana, el primero en realizar uno de estos pesebres fue San Francisco de Asís en el año de 1223, desde entonces la totalidad de los países católicos- entre ellos Venezuela -adoptaron el pesebre como uno de los símbolos navideños. La otra costumbre de utilizar un árbol como representación de la navidad viene de muy lejos.

En efecto, la usanza de engalanar árboles con motivo de la celebración de un evento es una tradición muy antigua de los países asiáticos. Quien haya viajado por la India, China y el Tibet seguramente habrá notado que muchos árboles son objeto de culto. Los fieles depositan alimentos, ofrendas de flores y encienden velas a sus pies. Así mismo, alrededor del tronco se tejen hilos dorados y se cuelgan barras de incienso. Más aún, en las excavaciones de Babilonia se ha encontrado una tablita de arcilla, que data del año 1850 antes de Cristo, en la que figura un árbol, rodeado de astros luminosos y en la copa del mismo, brilla un gran sol. Este es el árbol de navidad más antiguo del mundo. Según la tradición, fue en Estrasburgo en 1539, donde por primera vez se utilizó un árbol como motivo de navidad. De Alemania pasó a Suiza y posteriormente a Francia e Inglaterra. Se dice que los ornamentos de colores y las luces eléctricas fueron una iniciativa de la industria estadounidense.


LAS HALLACAS

La hallaca es el plato que mejor representa el mestizaje venezolano. Posee la masa de maíz de procedencia indígena, la hoja de plátano que se usa en África para cocinar los alimentos y les añade un sabor típico y una textura característica. Y finalmente, el guiso de las carnes con la presencia de la aceituna y las pasas, como aporte de la cocina española. Este plato es una presencia importante en la navidad venezolana. Ahora bien, hoy en día los supermercados venezolanos exhiben gigantescas montañas de panettone italiano, de todo tipo y variedad.

El panettone es uno de los más gloriosos productos de Milán y demás esta decirlo no forma parte de la tradición. Por ahora es solo un complemento de las hallacas. Su nombre viene, según una de las tantas leyendas que existen sobre este postre, de “pan di toni”. Se cuenta que en Milán, un joven enamorado de la hija de un panadero, para ayudar en las ventas, añadía cada día un nuevo producto a la masa del pan en levitación. Comenzó con la mantequilla, después los huevos, pedacitos de cedro y cáscara de naranja confitados, pasitas sultana etc. Hasta lograr un pan especial- pan grande -que se ganó los favores del público lombardo. Actualmente se abre paso con la globalización, en un mundo donde los países pierden su identidad.

LOS AGUINALDOS

Los aguinaldos son los villancicos con que los venezolanos, desde muy antiguo, acompañan sus navidades. Vicente Emilio Sojo publicó dos recopilaciones de aguinaldos populares venezolanos en 1945 y en 1949. Tal vez estos son los más bellos cantos de navidad de los compositores venezolanos del siglo XIX. Allí se encuentran las piezas de Ricardo Pérez, Esplendida noche, A ti te cantamos, Venid oh mortales, y Salve reina; de Rafael Isaza, Al claro y sereno, Oh Virgen pura, Venid, Oh Emmanuel, Dichosos mortales, y Cantemos alegres; de Henrique León, La Gloria cantemos, y Su Gracia y Amor; de Rogerio Caraballo, Niño venturoso. Otro notable compositor de aguinaldos de esta misma época fue Ramón Montero, cuyas piezas han sido recopiladas por Juan Francisco Sans y Gustavo Colmenares, con armonización y arreglos de Miguel Astor. Sus aguinaldos más conocidos son: Radiante lucero, Salve Virgen pura, Tu angélico rostro, La fresca mañana, Cantemos mortales, Ya brilla en oriente, Los coros del cielo, Llegaron las pascuas, y La parranda es buen.

Los compositores académicos venezolanos también han dedicado algunos de sus trabajos a la navidad. Inocente Carreño es autor de dos hermosos aguinaldos, María estaba lavando, con textos del mismo compositor, y No se niño hermoso, basado en un poema de autor desconocido. Federico Ruiz escribió Navidad de los campos, con versos de Aquiles Nazca.

En el Siglo XX, prácticamente todos los compositores de música popular han escrito aguinaldos y una lista de estas composiciones sería interminable. No obstante, si quisiéramos nombrar algunos, comenzaríamos diciendo que no es difícil percibir en Otilio Galíndez el profundo amor que este músico siente por la navidad, con toda la contagiosa alegría que encierra esta festividad religiosa. Por esa razón gran parte de su mundo musical se ubica en el mes de diciembre, al lado de los aguinaldos y parrandas: Luna decembrina, El Niño Jesús de ahora, Pentagrama navideño, El poncho andino, Dime si es pascua, Ya María, y De Belén campanas. Recientemente, Luís Eduardo Galean ha hecho escuchar uno de los más bellos aguinaldos de corte tradicional: Esta bella noche.

1 comentario:

  1. Que explicación más detallada, completa y seria. Me pareció muy linda, educativa y necesaria. Sobre el tema hice un trabajo hace poco, como me hubiese ayudado el suyo... espero algún día escribir con su fluidez. Si me permite copiarlo y difundirlo, estoy estudiando Educación Popular mención Activación Cultural. De nuevo Felicitaciones y Gracias.

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