El invento llamado Organización de Estados Americanos (OEA) en 1948 no fue un acto deliberado en su creación, ni mucho menos una reflexión profunda de la voluntad de los pueblos hispanos, con el paso del tiempo se ha ido comprobando que fue un acto calculado de los intereses norteamericanos en América Latina. La OEA ha estado al servicio de esos intereses, manipulándolos para ejercer control político y económico sobre cualquier acto de emancipación soberana de nuestros pueblos.
Como todo acto planificado, se premedito fríamente que el instrumento básico de control político interno de los países miembros era fortalecer el concepto de la Democracia Representativa, no en vano dicho precepto se encuentra enarbolado y establecido en la Carta de la OEA cuando afirma: “… que la democracia representativa es condición indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región…” y el articulo 2 Letra “b” de la misma carta establece: “Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención”.- El fin de la democracia representativa expresado en esa carta dista mucho de la realidad histórica, América Latina no ha tenido paz, ni sosiego y siempre bajo la bandera del saqueo, las fuerzas imperiales han estado en nuestras tierras.
¿Pero que es la Democracia Representativa?
No es nada más que la delegación que bajo un modelo de “elección” hace el pueblo soberano para que unos representantes ejerzan la titularidad de los poderes públicos en su representación. Este modelito ha servido durante décadas para que los centros de poder de las oligarquías, controlen las arterias de las cuales se nutren el sistema representativo (Partidos Políticos) determinando en sí, quienes les representaran controlando de esta manera a su antojo las decisiones en contra de la voluntad popular.
En la actualidad con el neoliberalismo implantado la forma cambió, porque la concentración de la riqueza se aglutino en las nuevas formas oligárquicas (Mercados Financieros) pero con el mismo propósito, “Controlar el estado a su favor en contra de las mayorías.”
Valdría la pena preguntarnos:
¿A quiénes sirven las oligarquías?
Si se hace un análisis histórico podrá comprobarse que ha parte de servirse en sí mismas y haber sido creadas en el marco de una inmensa corrupción, obedecen a un gran centro de poder internacional que se concentra de manera anti soberana en cada país hispano en las sedes de las embajadas norteamericanas, hablar de oligarquía nacional para los intereses nacionales es algo sencillamente inexistente.
He de citar como ejemplo y es de público conocimiento por Declaraciones del Ex Presidente Zelaya Rosales, “que los abusos de la Embajada Norteamericana en Tegucigalpa llegaron al nivel, que el Ex Embajador Charles Ford, quería elegir miembro del gabinete ministerial.”
La Carta de la OEA, ha sido un instrumento inspirador de la creación de las normas constitucionales de los estados miembros de la OEA, excepto esa nueva ola de independencia que se vive en los países de América del Sur, como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina, Cuba que se anticipó, dónde se han ido desechando la vieja teoría de la representación democrática para abrirla a un sistema más efectivo de una Democracia Participativa de consulta permanente en las decisiones transcendentales a sus pueblos.
La desfiguración de la teoría representativa ha llegado a tal nivel que bajo el argumento de la institucionalidad y que las decisiones emanan de autoridades legítimas la oligarquía cuando no se le complace en sus antojos o ven en peligro sus intereses desfiguran los cuerpos constitucionales y legales de segundo rango y bajo interpretaciones insospechadas dan paso a teorías como la Sucesión Constitucional en el Golpe de Estado del 28 de junio del año 2009 en Honduras o Juicio Político Sumario como el del Presidente Lugo del Paraguay.
Llegan a lo absurdo en el análisis de mencionar efectos cuantitativos es decir, tantas instituciones tenemos a nuestro favor y el que los obstaculizan solo una, por lo tanto bajo ese peso cuantitativo suprimen el estorbo de sus caminos aunque este tenga que ver o haber emanado con la voluntad soberana de los pueblos.
Es evidente que cuando analizamos nuestra democracia en Honduras, se puede observar que el control institucional del estado bajo rasgos autoritarios representativos y militaristas de un viejo modelo, no obedece a la realidad de la búsqueda de libertad, protección y categorización de derechos o fortalecer la democracia participativa ya que el control del estado está en un solo poder, El Congreso Nacional de la Republica que es representativo y que tiene por facultades de elegir entre otras cosas:
1-Magistrados de la Corte Suprema de Justicia,
2-Procurador y Sub-procurador del Estado,
3-Fiscal General y su Adjunto,
4-Procurador y Sub-procurador del Ambiente,
5-Tribunal Superior de Cuentas,
6-Comisionado Nacional de los Derechos Humanos,
7-Magistrados del Instituto de Derecho de la Información,
8- Consejo de la Judicatura,
9- Inspector de los Tribunales,
Cabe hacernos otra interrogante:
¿El actual modelo representativo de democracia ha servido o está sirviendo para la búsqueda de la libertad, protección y categorización de los derechos o fomentar la democracia participativa a los nuevos desafíos del estado y la sociedad?
Evidentemente que no, la búsqueda de una democracia participativa y del equilibrio político de poderes es una misión de búsqueda fundamental del proceso democrático actual. Debe de entenderse esto en su máxima profundidad, cambiar el modelo de representativo por el participativo permitiría mayores avances democráticos.
La oligarquía nacional preocupada en maquillar cambios después del Golpe de Estado del 28 de junio del año 2009, pretendió abrir el esquema representativo señalado en el artículo 5 de la Constitución de la Republica creando las figuras del plebiscito y el referéndum, pero la reforma en la que efectuaron automáticamente condicionaron que estas figuras quedaran para el sustento y servicio del viejo esquema de la democracia representativa y no para fortalecer la participativa.
De esta manera ese modelito que da, otorga, calla, y blanquea Golpes de Estado, pasa permanentemente al servicio del golpismo en las repúblicas hispanoamericanas, lo de Honduras y Paraguay no es la excepción aunque con diferentes matices, las torpezas del golpismo hondureño.
Como diría la conocida abogada Rixi Moncada al consultarle de manera breve para intercambiar opiniones sobre los sucesos en la hermana República de Paraguay, resumiría todo lo escrito en la respuesta que me dio:
“Continua el sistema representativo instrumentalizado, apaleando los pueblos”.
Carlos Augusto Hernández Alvarado
Abogado y Notario
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