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EN RECONSTRUCCIÓN
miércoles, 16 de marzo de 2011
11M JAPON, PANICO NUCLEAR O NUEVA OPERACION DE BANDERA FALSA?
Las criminales operaciones de bandera falsa que llevan a cabo los días 11 las élites en el poder mundial empiezan a ser cada vez más fácilmente descifrables una vez que los seres humanos inteligentes piensan y destripan sus perversas maquinaciones. Estos criminales en el poder, parece que le han cogido el gustillo a jugar a asesinar personas con su patentada maquinita HAARP de provocar catástrofes supuestamente naturales y no paran con el botoncito de terremotos, tsunamis, volcanes, huracanes, etc…, a la que le echan la culpa a la Luna, al Sol, al 2012 y a todo lo que se les ocurra maquinar.
JUEGO DE CARTAS ILLUMINATI DEL AÑO 1995
Desde aquí, pedimos tranquilidad a toda la población ante la psicosis que estos criminales tratan de meternos con el PÁNICO NUCLEAR, ellos juegan siempre a meter miedo a todo el planeta, recuerda que hace no mucho tiempo lo hicieron con el vertido de petróleo de México y tantas otras manipulaciones destructivas que nos escupen sistemáticamente a la cara a toda la población por medio de su arma estrella de control mental, la televisión. En vez de dejarnos bloquear por el miedo y someternos a esta nueva manipulación, recordemos la lección de la R-EVOLUCIÓN PACÍFICA, “DAR A CONOCER LA DOCTRINA DEL SHOCK”, pensemos analíticamente y leamos este excelente análisis que destripa las posibles causas de este ataque a Japón y las implicaciones mundiales subsecuentes… Entre otras cuestiones, en DESPERTARES apostamos a que en breve nos querrán subir sustancialmente el recibo de la luz a todos, ¿qué apostamos?…
¿TE ATREVES A DESPERTAR?
11M Terremoto, Tsunami y Alerta nuclear en Japón, un cóctel explosivo en plena crisis energética ¿mucha coincidencia?
Tras uno de los mayores terremotos que hayan sacudido jamás al planeta tierra, que casualmente se centró en una de las costas de Japón en la que se concentran un gran número de centrales nucleares, la información que estamos recibiendo de los medios de comunicación occidentales se está enfocando, casi exclusivamente, en el peligro de posibles fugas en las centrales afectadas por el terremoto (Pincha aquí para acceder a la información del ultraderechista diario español El Mundo), dejando en segundísimo plano el hecho de que aún haya miles de desaparecidos y los daños materiales sufridos estén poniendo en graves dificultades la vida de decenas de miles de japoneses.
La atención prioritaria dada por las corporaciones mediáticas occidentales al peligro nuclear en Japón, y la forma de abordarlo, nos puede dar alguna pista de que existen intereses ocultos tras esta tragedia, pues debido a que dichas multinacionales de la (des)información no son otra cosa que herramientas creadas y financiadas para defender los intereses de los grandes oligarcas del capitalismo, los temas transmitidos y la forma de hacerlo (generando alarma social) en ningún caso tienen el objetivo de beneficiar a las grandes mayorías, sino el de proteger los intereses de los primeros frente a las demandas de las segundas. Por eso no nos puede caber la menor duda de que detrás la gran atención prestada por estos medios a los riesgos nucleares en Japón, se esconden intereses ocultos para el gran capital internacional, si no fuera así, sencillamente hubieran ocultado la información como hacen tantas veces (el caso de Libia es un reciente ejemplo, donde los medios occidentales no dicen absolutamente nada de las multitudinarias manifestaciones de apoyo al actual gobierno).
Políticos y gobiernos reaccionarios, como el de Sarkozy, en Francia, también están aprovechando la catástrofe de Japón para a extender el pánico nuclear en todo el mundo “Para el Gobierno francés, el riesgo por el accidente nuclear en Japón es “extremadamente elevado” y las últimas evoluciones parecen llevar a una catástrofe nuclear.” (Fuente: RTVE)
Sospechosamente, todo parece obedecer a un siniestro guión preestablecido: El mayor terremoto que jamás haya sacudido Japón, que curiosamente no se pudo prever a pesar de la tecnología existente en la tercera economía del mundo, provoca un terrible tsunami que arrasa la costa noreste de Japón. Casualmente esta zona es el lugar donde se hayan situadas un gran número de centrales nucleares. A las pocas horas, los medios occidentales empiezan a generar una alarma mundial sobre los riesgos de posibles fugas en las centrales japonesas, y la Unión Europea anuncia reuniones de urgencia para tratar el tema de la energía nuclear. Todo ello, en plena crisis energética, motivada por las manipuladas revueltas en el norte de África y Oriente Medio, que ha puesto el precio del barril de petróleo por la nubes.
Por otra parte, llaman la atención también las palabras de la presidenta alemana Angela Merkel, fiel defensora de los intereses del capitalismo internacional, quien, a las pocas horas de la tragedia, centró el debate en la seguridad de las centrales nucleares: “Lo ocurrido en Japón es un punto de inflexión para el mundo” y “Alemania revisará sus estándares de seguridad nuclear y sus centrales atómicas ante el accidente registrado en una planta japonesa, anunció hoy la canciller Angela Merkel” (Fuente: emol.com). También van en este sentido las declaraciones del vicesecretario de Comunicación del derechista Partido Popular español, Esteban González Pons, quien ha dicho que “la catástrofe de Japón cuestiona la seguridad de todas las infraestructuras en Europa, incluidas las nucleares, pero no su naturaleza o su utilidad” y “se ha mostrado en declaraciones a los periodistas convencido de que se deben tomar las medidas de seguridad necesarias para prevenir una circunstancia de estas características o incluso de mayor gravedad, si es posible”. (Fuente: adn.es)
¿Podrían estas medidas, de ponerse en práctica, servir para prolongar la llamada vida útil de las centrales nucleares que muchos gobiernos habían prometido cerrar ya? (recordemos la capacidad del Imperio de utilizar situaciones aparentemente adversas en beneficio propio: cambio climático, terrorismo o las recientes revueltas en el norte de África). O por el contrario ¿se pretende hacer que Japón y otros países abandonen la energía nuclear, para hacerles aún más dependientes del petróleo, ante una posible invasión imperialista de Libia, novena productora de petróleo del mundo? Tendremos que esperar acontecimientos para saber por donde van los tiros, lo que está claro es que “algo huele a podrido” en la crisis nuclear provocada por el terremoto-tsunami de Japón, en plena crisis energética, provocada, a su vez, por la injerencia imperialista en el norte de África y Oriente Medio. Por desgracia, nuevamente es la humanidad quien mayor precio está pagando.
Otra sospechosa coincidencia es que este desastre, que está colapsando la economía nipona, se haya producido justo una semana antes de la reunión a tres bandas entre China, Japón y Corea del Sur, dirigida a promover la cooperación regional en el noreste de Asia; una cooperación que podría reducir en gran medida los beneficios que actualmente obtiene occidente, debido a la “cooperación” (inversiones y exportaciones) que desde hace décadas viene realizando en la zona (ver noticia publicada en ANTIMPERIALISTA sobre dicha reunión).
No debemos olvidar que el control del clima y, concretamente, el control de fenómenos climáticos como terremotos o tsunamis es posible desde hace mucho tiempo, la propia ONU tuvo que elaborar, en el año 1977, una resolución para prohibir el desarrollo de técnicas de modificación del clima, por el riesgo de su uso con fines bélicos u hostiles. En el siguiente enlace podéis observar la referencia que el propio Comité Internacional de la Cruz Roja hace a dicha resolución en su página web. También es importante recordar que los Estados Unidos mantiene desde el final de la Segunda Guerra Mundial una importante base militar en el archipiélago de Okinawa, donde hay desplegados nada menos que 50.000 marines, desde donde, antes del lanzamiento de las bombas atómicas, se planearon poner en práctica técnicas de modificación del clima, mediante el uso de explosiones nucleares submarinas, para provocar terremotos y tsunamis, aprovechando la gran actividad sísmica de la zona, con el objetivo de desestabilizar al régimen nipón, proyecto que se desestimó por considerase más práctico el uso de bombas nucleares sobre población civil.
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