EN RECONSTRUCCIÓN

martes, 22 de noviembre de 2011

Video:Proyecto Alternativo de Nacion de AMLO 1seccion


Nota añandida por Enoc2

Les Presentamos un video reciente de AMLO(Andres Manuel Lopez Obrador) canditado de la izquierda Mexicana para la Presidencia de Mexico en las selecciones del 2012. Junto con este video les presentamos el contenido de dicho proyecto tomado del archivo pdf. Para no incluir todo el contenido en una sola seccion lo haremos en 4 partes. Despues de estas 4 secciones les presentaremos tambien la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, cuya cartilla se menciona en este video.Fin de la nota.




PROYECTO ALTERNATIVO DE NACIÓN
(SÍNTESIS)
Todos a participar en la Consulta Nacional
Es tiempo de reconstruir a México. La actual crisis moral, económica, ambiental, política
y social marca el fin de una época. Esta degradación ha causado grave daño a las
conquistas históricas de los mexicanos y pone en riesgo nuestra viabilidad como nación.
La rapacidad de la mafia del poder no tiene límites: Concentra la riqueza en unas cuantas
manos, a cambio de condenar a millones de mexicanos a una vida de pobreza y exclusión
inaceptables, cancelando el futuro de jóvenes y niños. Esa oligarquía se considera dueña
de México y nos han convertido en uno de los países más desiguales del mundo. Con
ambición desmedida, ha secuestrado las instituciones, atropellado las garantías
constitucionales, entregado los bienes nacionales a extranjeros y devastado el medio
ambiente.
La única manera de terminar con estas injusticias es una transformación profunda del
país. Por eso convocamos al pueblo mexicano a defender sus derechos, a llevar a cabo
una revolución de las conciencias, de alcances históricos, para reconstruir la nación desde
sus cimientos, para hacer realidad la libertad, la fraternidad, la justicia y la democracia.
El renacimiento de México necesita de la participación de todos los ciudadanos libres que
trabajen en la construcción del bien común. Queremos un país que dé seguridad y
bienestar a sus habitantes, que respete las libertades y la diversidad; una nación de
personas dignas, solidarias y dichosas: mujeres, hombres, jóvenes, indígenas,
campesinos, obreros, profesionistas, empresarios, estudiantes, niños, ancianos.
Este país ya está cambiando. La energía social está en marcha. Somos millones quienes
estamos comprometidos con la transformación. Nuestra guía es la historia de las gestas
populares, el ejemplo de Hidalgo al fundar la nación independiente; el de Morelos quien
hizo valer la soberanía popular; el de Juárez al defender la República y el Estado laico; el
de Madero que convocó a una revolución por el sufragio efectivo. Retomamos la bandera
de Zapata por tierra y libertad, recuperamos el espíritu justiciero de Villa y el
compromiso de los Flores Magón por acabar con la injusticia y la explotación. Nos
inspira el general Lázaro Cárdenas quien defendió la soberanía y la independencia
económica del país.
Estamos convocando al pueblo de México a unir voluntades y esfuerzos colectivos en un
proceso constituyente: para crear la organización ciudadana que defienda los derechos de
todos y las nuevas instituciones públicas que hagan de México una nación democrática,
incluyente y soberana.
Es la hora de actuar, de organizarse desde abajo y desde la izquierda, de luchar
pacíficamente. Aspiramos a sumar a esa mayoría que quiere un cambio porque
defendemos una razón fundada en el amor a la igualdad y en el aprecio a la diversidad.El proyecto de Nación que ponemos a consulta es un punto de partida para el debate
nacional sobre el México que soñamos y queremos construir. Este documento fue
elaborado por un grupo amplio y plural de intelectuales y especialistas comprometidos
con el cambio democrático. Lo ponemos a discusión para que sea enriquecido con las
experiencias, propuestas, ideas y demandas de todos los sectores. El México que
queremos debe ser construido entre todos. Hasta diciembre de 2010 se recogerán las
aportaciones individuales, colectivas y de los foros de discusión que se realicen; en
marzo de 2011 será presentado el resultado de la consulta nacional.
El Proyecto Alternativo de Nación definitivo será obra de la participación, amplia y
plural, del pueblo mexicano.
10 puntos para el renacimiento de México
1. Promover la revolución de las conciencias y un pensamiento crítico
Frente a la degradación de la sociedad, el desmantelamiento de las instituciones públicas,
la destrucción de la naturaleza, la desigualdad, la corrupción, la deshumanización, la
concentración del poder y de la riqueza, es imprescindible e impostergable un profundo
cambio político, económico, social, cultural y, sobre todo, moral, ético.
Alcanzar el crecimiento económico, la democracia, el desarrollo y el bienestar, sólo será
posible con una revolución de las conciencias sustentada en la cultura del pueblo
mexicano, en su vocación de trabajo y en su generosidad; con valores sociales como la
solidaridad, el respeto a la diversidad, el sentido de comunidad, el amor al prójimo y a la
naturaleza y la protección del medio ambiente, que impidan el predominio del dinero, del
engaño, de la corrupción y del afán de lucro, sobre la dignidad, la moral y el bien común.
Superar la crisis moral
La actual crisis de valores tiene su origen en los principios neoliberales de la oligarquía
que justifican el individualismo, la desigualdad social, el abuso de poder y la
antidemocracia. Esa minoría que domina la economía y el poder, impone sus
concepciones y sus intereses, por encima del interés público, de las necesidades y del
bienestar de la mayoría de la sociedad.
Una nueva forma de vida
Impulsaremos una forma de vida donde cada mujer y cada hombre —sin importar
condición social, étnica, creencias o preferencias sexuales— valga por su trabajo, sus
acciones solidarias, su fraternidad, su lealtad a las normas de convivencia y sus aportes al
bienestar de la sociedad; una sociedad en la que prevalezcan la dignidad, el honor, la
ética y la búsqueda de la felicidad.
Un país donde la virtud sea el hábito de hacer el bien, en el que la mayor satisfacción de
cada uno sea el bienestar de todos, y donde se recupere el espíritu de servicio a la
comunidad.Recobrar el sentido de comunidad
Esa es la piedra angular de este proyecto. Hay que colocar a la comunidad y a la vida
comunitaria en el centro de la nueva sociedad. Recuperar los valores de las comunidades
rurales y urbanas que aún existen y resisten por todos los rincones del país, y que aún
forman parte de la idiosincrasia nacional. Superar el individualismo y el egoísmo,
mediante el ejercicio crítico frente al poder, la violencia de la desigualdad, la ignorancia
y el oscurantismo.
Establecer una ética política
La vida pública ha sido corrompida por la subordinación de los políticos a los intereses
del mercado y de los potentados. La corrupción, la demagogia, el corporativismo, el
clientelismo, el paternalismo y el autoritarismo, son prácticas perversas de la política.
La ética política demanda la participación del pueblo en los asuntos públicos y el
cumplimiento de la obligación de actuar en función de los intereses de los ciudadanos por
parte de los servidores públicos. La sociedad debe adoptar una actitud conjunta contra la
injusticia, el racismo, el sexismo, la opresión, la desigualdad y la corrupción que forman
parte del sistema de dominación. Y entender la justicia como un bien común, como
equidad de trato hacia todos y deberes colectivos para eliminar cualquier tipo de
opresión.
Crear instituciones de participación
La democracia efectiva es el poder del pueblo. El espíritu republicano nace de la
convicción de que el interés público corresponde al interés general. La comunidad
democrática proviene de la intervención de la ciudadanía en la vida pública. La
recuperación ciudadana de las instituciones requiere la ampliación de la democracia
representativa, comunitaria y participativa: con elecciones limpias, rendición de cuentas
de partidos, gobernantes y representantes populares; creando figuras electorales
ciudadanas y de participación social en la decisión y ejecución de planes y programas de
gobierno; con el reconocimiento y respeto de la democracia comunitaria que se practica
en pueblos y comunidades indígenas; y con la instauración de mecanismos de
participación ciudadana.
Promover una cultura democrática
Una conciencia de la responsabilidad entre ciudadanas y ciudadanos, implica aceptar la
pluralidad, entender que todos tenemos los mismos derechos y reconocer la desigualdad
de oportunidades que actualmente impera y, por tanto, la necesidad de la equidad.
Hacerse cargo de las tareas públicas, proponer, vigilar y participar en las decisiones de
gobierno. La cultura democrática se construye en el ejercicio de los derechos, en la
convicción de que el Estado somos todos. Esta cultura democrática también implica el
diálogo y la acción de los ciudadanos hacia un fin común, la solidaridad de todos, el
respeto y la ayuda mutua de los diferentes, así como la existencia de un Estado plural y justo.
Impulsar una visión integral de los derechos humanos
Los derechos y las garantías individuales deben ser firmemente asegurados, junto con los
derechos colectivos económicos, sociales y culturales. En esto consiste el enorme poder
moral de los derechos humanos, hoy negados en la práctica en México.
Las libertades civiles y políticas sólo pueden ejercerse a plenitud si se cumplen el
derecho al bienestar, a la educación, a la seguridad social, a la propia identidad y a las
condiciones de vida que hacen la felicidad de los hombres en sociedad. Es un imperativo
ético incorporar plenamente los derechos humanos a la Constitución y hacerlos cumplir.
Para ser completamente libre, una persona requiere satisfacer sus necesidades más
elementales de sobrevivencia (alimentación, vestido, salud, habitación, seguridad de
vida) y de convivencia.
Diversidad biológica y cultural
México es uno de los tres países con mayor diversidad cultural y biológica del mundo. El
corazón de esta doble riqueza, herencia milenaria, está en los pueblos indígenas y en las
comunidades agrarias, en sus relaciones con la naturaleza y en la vida comunitaria. El
colonialismo cultural ha negado la diversidad, imponiendo una visión nacional única y
excluyente, de la misma forma que los modelos agroindustriales acaban con la enorme
variedad de recursos de la naturaleza. Un México pluricultural y biodiverso implica crear
nuevas condiciones democráticas, de igualdad y equidad para los pueblos originarios, no
sólo culturales sino también económicas, políticas y sociales, así como formas de
producir que conserven la riqueza biológica. La autonomía indígena es una forma
concreta de ejercer el derecho a la autodeterminación en el marco de la unidad nacional,
potestad reconocida por las leyes internacionales.
Por una modernidad alternativa
Nuestro proyecto está inscrito en el contexto planetario. Hoy se vive una crisis de la
civilización industrial, del capitalismo tardío, materialista y tecnocrático. El destino de la
nación no está aislado de lo que ocurre en el mundo. El reto político del país es también
un dilema civilizatorio: o seguir alimentando una modernización que explota, margina y
enajena a la ciudadanía, que vuelve al mundo un lugar de mayor degradación, que es una
amenaza ecológica, que concentra los capitales y pone a la política al servicio de las
élites; o, por el contrario, una modernidad alternativa basada en el equilibrio ecológico, el
uso democrático y racional del agua, la energía, la biodiversidad, la tecnología y los
conocimientos científicos, el control social del mercado y de los poderes políticos, la
democracia participativa y la recuperación de la cultura en tanto riqueza diversa y factor
dinámico de nuestra historia. Esto supone reconocer la necesidad de descolonizar el
pensamiento. Asumimos como referentes las visiones basadas en el “buen vivir” y las
valiosas innovaciones culturales, morales, políticas e ideológicas nutridas en la vida de
nuestros pueblos originarios y afroamericanos. En consonancia, la transformación que
proponemos representa un cambio democrático del poder político y la reconstrucción del poder social.
El nuevo espacio de lo público
Hay que detener la mercantilización de los espacios públicos y convertirlos en centros de
la vida democrática. Frente a la apropiación privada de todas las esferas de la vida (la
salud, la educación, la ciencia, la cultura, el ocio…), promovemos la creación y
ampliación constante del espacio de lo público (lo que es bueno para todos y el espacio
común de todos), para que se constituya en lugares, ámbitos, dimensiones, en donde
confluir, habitar, dialogar y convivir los unos con los otros. Un espacio de la diversidad y
la pluralidad cultural.
2. El Estado debe estar al servicio del pueblo y de la nación
Actualmente, el Estado mexicano se encuentra bajo el control de una minoría que utiliza
el poder público para su propio beneficio. La oligarquía tiene secuestradas a las
instituciones. Por eso, como pueblo, debemos recuperar democráticamente al Estado, a
través de la participación activa y del voto ciudadano, y reintegrar las riquezas y los
bienes públicos que han sido enajenados en forma anticonstitucional. En especial, deben
revisarse concesiones y contratos en los casos de la minería, la industria eléctrica, el
espacio radioeléctrico y el petróleo. Es indeclinable e inalienable el dominio directo de la
Nación sobre el territorio, el subsuelo, los litorales, el espacio aéreo y los recursos
estratégicos, que deben ser administrados en beneficio de los mexicanos.
La soberanía reside en el pueblo
Hay que restablecer el principio de la soberanía popular para que el Estado esté al
servicio de los ciudadanos y de la nación, y para que las leyes garanticen los derechos del
pueblo.
Establecer un Estado social y democrático
Es Estado debe asumir su responsabilidad con la sociedad, combatir la desigualdad, tener
un papel activo en la economía para impulsar el desarrollo y el bienestar del pueblo,
restablecer el Estado de derecho y la participación ciudadana en las decisiones de
gobierno.
Un gobierno democrático defiende el voto popular, garantiza elecciones limpias,
equitativas y sin dispendio de recursos; dialoga, hace acuerdo y respeta todas las
expresiones ideológicas y políticas; asegura el ejercicio de la crítica, la expresión libre y
el derecho a disentir.
Los Poderes de la Unión deben estar sujetos al imperio de la ley y de la Constitución,
representando en todo momento los intereses generales de la sociedad y no sólo a una
minoría. Impulsaremos una verdadera división de poderes que dé lugar a una mutua
vigilancia que limite todos los excesos en el ejercicio del poder, que cumpla con los
objetivos que se fijan en las leyes, la rendición de cuentas y sean acordes con la voluntad popular. La administración pública federal obedecerá a los principios de estricta legalidad
y transparencia en sus actos y la permanente rendición de cuentas.
El nuevo federalismo
La relación entre la federación y los estados y municipios debe replantearse y dejar de
lado el centralismo o el faccionalismo a la hora del reparto del prepuesto público. La
capital de la República debe recuperar su condición de entidad fundadora de la
Federación y tener plena igualdad de derechos respecto a las demás. La refundación
democrática del Estado debe comenzar desde el municipio.
En nuestro país la justicia tiene precio y la impunidad constituye el pilar fundamental del
sistema político mexicano; los tribunales legalizan los atropellos y los despojos
cometidos por los poderosos y castigan a los indefensos y a los que oponen a las
ilegalidades. El Poder Judicial de la Federación debe ser un auténtico garante y defensor
de la Constitución y sus leyes. Los jueces deben ser intérpretes de la Constitución y
actuar con independencia. Se propone elegir democráticamente a los ministros de Corte
para que representen los intereses de los ciudadanos y no del poder. No hay democracia
sin justicia para todos.
Construir un Estado democrático de Derecho
En tanto que en México no hay Estado de Derecho, proponemos que el ejercicio del
poder sea democrático, transparente y rinda cuentas a la sociedad; que existan vías
efectivas para garantizar todos los derechos humanos; que el principio de supremacía
constitucional sobre el resto de las normas legales sea una obligación para cualquier
autoridad; mejores mecanismos de control de constitucionalidad y de las controversias
constitucionales; reconocer la figura jurídica de acciones colectivas para proteger
derechos colectivos e intereses difusos, sobre todo de los consumidores; establecer
mejores mecanismos de rendición de cuentas; que existan herramientas participativas
para que la ciudadana influya permanentemente el comportamiento de las autoridades
(referéndum; plebiscito; revocación; iniciativa popular; presupuesto participativo; acción
ciudadana de inconstitucionalidad; auditoría ciudadana; inconstitucionalidad por omisión
legislativa, administrativa o de otras autoridades; audiencia pública; cabildo abierto;
consulta popular).
En un Estado democrático la tarea de la seguridad pública es garantizar la vida, la
integridad física, las propiedades y la tranquilidad de la población. Frente a la actual
crisis de seguridad pública y la violencia desbordada por la equivocada política de
combate al narcotráfico sólo mediante medidas coercitivas. La solución de fondo, la más
eficaz, es combatir el desempleo, la pobreza, la pérdida de valores y la ausencia de
alternativas sociales. Las fuerzas armadas no deben ser usadas en funciones civiles o para
reprimir a los movimientos sociales. No se permitirán más actos de impunidad desde el
poder y se investigarán las violaciones a los derechos humanos.
La recuperación democrática del Estado será posible con una insurgencia cívica que
reconstruya la República desde abajo, creando creando modalidades de poder ciudadano, las nuevas instituciones públicas, los nuevos instrumentos legales y políticos para
gobernar con el pueblo y para el pueblo.
Reconstruir la política exterior
La política exterior debe estar fundada en la igualdad soberana entre los estados, en
la no intervención y la solución pacífica de las controversias entre naciones y la
solidaridad entre los pueblos, que defienda los derechos de los migrantes, proyecte los
valores históricos de independencia y libertad.
Ejercer la soberanía nacional médula de la política exterior
Ante la realidad de un mundo desigual, dominado por grandes centros de poder
económico y político, es indispensable procurar la equidad económica, la igualdad
soberana y jurídica de los Estados, la solidaridad internacional y el apoyo a la expresión
democrática de los pueblos. La fuerza de la política exterior será la justicia y la
estabilidad internas. La soberanía nacional se refuerza con una política que promueva el
desarrollo y la democracia, y que nos haga respetados y respetables en el mundo.
Recuperar nuestro lugar en AL y diversificar las relaciones
México debe recuperar su pertenencia a América Latina y el Caribe y diversificar las
relaciones internacionales hacia todas las regiones y continentes, con países como Brasil,
India y China.
Nuestra unión solidaria con los países del Sur se inscribe en los objetivos de
descolonización y liberación política, económica y cultural que compartimos con esos
países.
Con Estados Unidos, una relación equilibrada, de cooperación, respetuosa de las
soberanías y conciente de las asimetrías
La relación con Estados Unidos debe ser equilibrada, de cooperación, de beneficio mutuo
y respetuosa de las soberanías, haciéndose cargo de las asimetrías. Debe revisarse el
TLCAN. La agenda bilateral debe dejar de estar centrada en el tema del narcotráfico para
proteger nuestra seguridad y soberanía. Ha de comprender diversos rubros como la
migración, la energía, el agua y el medio ambiente. El gobierno democrático está
obligado a defender a los derechos humanos de los connacionales que viven y trabajan en
la nación vecina. El clima de intolerancia y de violencia contra los migrantes es
inaceptable, los consulados les deben brindar todo el apoyo legal y la ayuda necesaria.
Nuestra frontera común representa un desafío y una oportunidad para ambos países pero
sin militarización ni muros que nos dividan y confronten. Generaremos proyectos de
desarrollo regional en la frontera para mejorar los niveles de vida y reducir el flujo de
migrantes.
Privilegiar una política multilateral
La política multilateral será el ámbito privilegiado de la acción internacional de México

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