En un comunicado de prensa la SER informó que había solicitado información detallada a las autoridades estadounidenses sobre dicha operación llevado a cabo por la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF) del departamento de Justicia de Estados Unidos, y que se hizo pública tras publicaciones de algunos medios de comunicación estadounidenses y mexicanos.
"El Gobierno de México seguirá con especial interés las investigaciones anunciadas tanto por ATF como por el Departamento de Justicia”, dice el comunicado de la Cancillería mexicana.
Según indican medios mexicanos, la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos deliberadamente dio permiso para la entrada de casi dos mil armas a México en 15 meses dentro de una operación aprobada por el Gobierno de EE. UU.
El operativo buscaba ubicar la cadena de contrabando, pero fracasó después de que un agente federal de Estados Unidos, identificado como John Dodson y que fue asignado desde el 2010 a la oficina de su agencia en Phoenix (Arizona, EE. UU.), fronterizo con México, declaró que mediante una operación de la ATF recibió órdenes de sus superiores para que miles de armas de asalto pasaran a México y “quedarse quieto y observar lo que sucedía”.
La ola de violencia que azota actualmente a México presenta un gran problema. El presidente de la nación, Felipe Calderón, reconoció que el 2010 fue el año más violento en el país, haciendo referencia a las crueles batallas entre los carteles del narcotráfico para controlar territorios. Este año, asimismo, empezó para el país con accidentes y tiroteos sangrientos que dejaron muchos muertos.
El problema del flujo de armas ilegales proveniente de los EE. UU. es muy actual. En dos años, con una iniciativa para reforzar las inspecciones a viajeros que cruzan la frontera sur, se interceptaron apenas 386 armas, una parte muy pequeña comparada con las dos mil que se introducen a territorio de México cada día, según cifras mexicanas.
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