Con una masiva convocatoria, que reunió cerca de 200 personas, se recordó en Santiago el cobarde asesinato del estudiante mapuche, Matías Catrileo Quezada, ocurrido la madrugada del 3 de enero de 2008 producto de un disparo por la espalda. Su asesino, el cabo de Fuerzas Especiales de Carabineros, Walter Ramírez.
Fuente: CAROLA PINCHULEF / MAPUEXPRESS Informativo Mapuche, miércoles 5 de enero de 2011.
Cerca de las 20.30 hrs, este lunes 3 de enero, en la Plaza Miraflores situada al costado del Cerro Welen, se dio inicio a un yeyipun (rogativa mapuche) dirigida a la meli wixan mapu, (cuatro puntos de la tierra). Posteriormente, se realizó un breve pero emotivo recorrido a los pies del cerro en dirección a la Alameda, para concluir con la velatón programada para la actividad conmemorativa. Este trayecto estuvo acompañado de ulkantun, purrun y consignas alusivas a la memoria del estudiante mapuche. La velada convocada por la familia Catrileo Quezada y el colectivo Pu Weichafe 3 de enero, concluyó pasadas las 23 hrs.
Estos días se recuerda el trágico episodio que enlutó al movimiento mapuche, el jueves 3 de enero de 2008, tras conocerse la noticia sobre la muerte del universitario mapuche, Matías Catrileo, en circunstancias en que un grupo de comuneros se disponía a realizar una recuperación territorial en el ex Fundo Santa Margarita, de propiedad, en aquel entonces, de Jorge Luchsinger, terrenos que fueron devueltos a la comunidad de Yeupeco tras lo sucedido.
A tres años de los hechos y aunque el uniformado fue identificado, encontrado culpable por su desmedido actuar y condenado a tres años y un día de pena remitida, aún permanece en servicio activo al interior de la institución estatal en la zona de Coyhaique, donde se desempeña en la central de comunicaciones. La familia Catrileo Quezada señala no estar dispuesta a aceptar esta sentencia por lo que ya presentó un recurso de casación objetándola, cuestión que debe ser resuelta por la Corte Suprema, y donde esperan obtener una sentencia acorde al delito cometido.
El llamado de la familia a recordar y manifestarse este 3 de enero por el asesinato de Matías, fue replicado simultáneamente en territorios como: Valparaíso, Temuco y Puerto Montt. La idea no sólo era conmemorar el tercer aniversario de su muerte, sino repudiar todas las formar de represión que ejerce el Estado chileno coludido con los empresarios de este país en contra de las comunidades y el pueblo mapuche en su conjunto.
La “mano dura” de Michelle Bachelet
A menos de 72 horas de iniciado el 2008 y a tan sólo días de finalizar la primera etapa del mandato de Michelle Bachelet, los medios de comunicación iniciaron sus informativos anunciando el “enfrentamiento entre mapuche y Carabineros en la zona de la Araucanía.” Situación que tuvo como consecuencia la muerte del estudiante mapuche Matías Catrileo Quezada de 22 años.
Según los primeros informes proporcionados por los reporteros de la zona, se hablaba de la “supuesta muerte del comunero”. Sin tener certeza de lo sucedido, los periodistas avalaban la tesis de un nuevo atentado incendiario en contra del predio de Jorge Luchsinger. Prestando nula importancia a la violencia con la que actúo la fuerza policial, en el caso que se comprobará el deceso del universitario. Hasta el último momento presentaron la acción a la opinión pública como un “enfrentamiento” protagonizado por comuneros mapuche que ingresaron sin autorización al fundo Santa Margarita de propiedad del latifundista.
Era pasado el medio día del 3 de enero y el gobierno, de ese entonces, no se atrevía a dar una declaración oficial sobre lo ocurrido en la Novena Región. No obstante, el Ministro del Interior (s) Felipe Harboe no escatimaba en señalar a la prensa su repudio a los hechos de violencia protagonizados por mapuche, además de exigir la entrega del cuerpo del joven abatido y no haciendo alusión alguna respecto al excesivo actuar por parte del personal policial que custodiada el predio esa madrugada.
La muerte del joven comunero reactivó inmediatamente el clima de tensión en la zona de la Araucanía, llegando a tal punto que el Gobierno anunció, en menos de una semana de ocurrido la muerte del estudiante mapuche, la creación del “comité de crisis”, encabezado por el Ministro del Interior Edmundo Perez Yoma, el Ministro de la Secretaría General de la Presidencia Jose Antonio Viera Gallo y la Ministra de MIDEPLAN, Paula Quintana. A este trío de ministros se incorporó Rodrigo Egaña, como “Coordinador de Políticas Indígenas”, aplicando una vez más la misma fórmula del año 2002 cuando el Gobierno de Lagos comenzó la irrupción contra el movimiento mapuche, y puso en marcha el plan denominado “Operación Paciencia”, encabezado por el entonces Mayor de Carabineros Hernando Hevia Hinojosa, maniobra que estuvo dirigida en contra de la organización mapuche Coordinadora Arauco-Malleco (CAM).
La herencia de Lagos en el mal denominado “conflicto mapuche” estuvo y está lejos de ser un simple escollo en la administración Bachelet y actual gobierno de Sebastián Piñera. El encarcelamiento como método de mesura, sigue siendo hasta el día de hoy una fallida táctica utilizada por el Estado que tiene como único fin la misma lógica de hostigamiento, opresión y genocidio en contra de un pueblo y sus derechos fundamentales. Pensar que aplicando medidas de criminalización, era una buena técnica de amedrentamiento para poner fin a las demandas históricas del pueblo mapuche, fue desconocer una lucha de antaño. Por el contrario, estas leyes represivas sólo han ayudado a aumentar el clima de tensión en la zona y de ningún modo ha logrado propagar la sensación de temor en el pueblo mapuche.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario